Después de un diagnóstico participativo desarrollado en la Comuna de Guaitecas (región de Aysén), en el marco del programa Servicio País de la Fundación Superación de la Pobreza, se revelaron una serie de problemáticas relacionadas con la baja intervención del estado en políticas públicas relacionadas a la vivienda.
Esta situación desemboca generalmente en una alta tasa de autoconstrucción y por lo tanto, el taller -desarrollado por el arquitecto Mario Sepúlveda y el trabajador social Francisco Walsh- se diseñó en torno a este tema, buscando mejorar y potenciar las técnicas constructivas utilizadas por los maestros locales de la comuna.
El taller se planteó con la necesidad de poner en valor el oficio del carpintero, tratando temas técnicos relacionados a la construcción, con el fin de entregarles nuevos conocimientos y prácticas a los maestros para el buen construir, sobre todo tomar conciencia que las construcciones son para que personas las habiten y está en sus manos que ellas puedan vivir de la mejor forma.
Durante el taller, surgió la posibilidad de aplicar todos estos conocimientos en un proyecto específico: la restauración de la fachada del “Jardín Infantil Lobito Marino”, perteneciente a la Fundación Integra. El edificio estaba revestido por antiguas tejuelas de Ciprés de las Guaitecas, las que quedaron a cargo del grupo de maestros del Taller de Construcción, en base a un trabajo participativo. La idea era utilizar técnicas manuales y sencillas de aplicar para promover la participación de todos los miembros de la comunidad que quisieran aprender.
Raspado Con vidrio + Pulir con escobilla de acero + Blanquear con agua/cloro
El proyecto de restauración se llevó a cabo en la modalidad “Minga”, incluyendo a distintos actores de la comunidad, del ámbito estatal privado y social: Iustre Municipalidad de Guaitecas + Empresa Privada + Fundación Integra + Grupo de Maestros + Servicio país + Comunidad.
El proyecto fue liderado por el grupo de maestros junto a los profesionales servicio país, la Municipalidad y la empresa privada aportó con los materiales y elementos de seguridad, mientras que las distintas personas de la comunidad fueron participando con la mano de obra. Las "mingas" se realizaron los días sábado y para acelerar las jornadas de trabajo se acordó trabajar con máquinas (taladros, galleteros y otros).
Para generar una horizontalidad entre el profesional y el maestro constructor, se asignaron cascos “blancos” para todos. Esto permitió empoderar aún más al maestro, entendiendo el importante rol que cumplen y que seguirán cumpliendo dentro de la comunidad, como diseñadores y constructores del habitar en la comuna.
El proceso constructivo consistió en raspar y pulir el revestimiento de tejuelas (tejuela por tejuela), en un proceso manual y luego en un proceso más acelerado con máquinas. Al tener la totalidad de la fachada raspada y pulida se utilizó un imprégnate incoloro de poro abierto, además de realizar algunos trabajos de terminaciones; poner tejuelas en el tapacán, pintar los marcos y baranda con un barniz marino nogal. La techumbre, el frontón y el zócalo se pintó azul, mientras que los tapagoteras se pintaron de color verde.
La arquitectura es para la gente y la gente debe ser parte de esta disciplina, como dijo una vez en una conferencia el Arquitecto Jaime Arévalo, hoy Seremi de Vivienda y urbanismo de la Región del Bío bío: “La arquitectura es la construcción ciudadana”.
Profesionales a Cargo: Mario Sepúlveda - Arquitecto / Francisco Walsh - Trabajador Social
Ubicación: Puerto Melinka, Comuna de las Guaitecas, XI Región de Aysén, Chile
Encargo: Conservación fachada principal Jardín Infantil Lobito Marino
Mandante: Fundación Integra
Materialidad: Madera, Teñío y Tejuelas de Ciprés de las Guaitecas
Año: Construcción 2004 – Restauración Fachada 2014
Maestros: Grupo de maestros locales “GruMaGua” / Carlos Espinoza, José Águila, Sergio Soto, Juan Carlos Vargas, Nelson Tellez
Colaboradores: Comunidad, I. Municipalidad de Guaitecas, Empresa privada